miércoles, 29 de septiembre de 2010

Sociedad Civil, realidades y desafíos

Nuestra sociedad civil es apenas un pequeño bebé que comienza a abrir sus ojos al mundo. Aún necesita aprender a hablar, caminar y sobre todas las cosas educarse. La falta de cultura cívica y política en la sociedad civil cubana, adaptada y sometida al férreo control del gobierno durante cinco décadas, ha traído consigo un desbalance en muchas esferas de la vida y el comportamiento diario de las personas, que se alejan de su rol como ciudadanos con derechos y deberes, para sumirse en un papel de ente mediocre que apenas centre su actuar en lo superficial, en lo que supuestamente le conviene, que no se aleja mas allá del marco de la supervivencia familiar y económica, hecho este que al generalizarse como un mal social ha traído como consecuencia el malvivir de varias generaciones.
El surgimiento de una sociedad civil en la que coexistan partidos políticos, movimientos ideológicos, culturales, y otros tantos que aporten sus criterios y hagan valer sus opiniones pluralistas que ayuden a contrarrestar la nefasta influencia de las ideas marxistas y estalinistas preestablecidas, se hace cada día más urgente, como urgente se hace el redescubrimiento de nuestros valores como ciudadanos y retomar nuestra autenticidad como cubanos. Es hora que la sociedad civil actué como tal, que se trabaje por eliminar la fragmentación interna y que los partidos políticos que tanto abundan en todas las líneas de pensamiento, hagan valer sus lineamientos ideológicos y dejen de actuar como grupos de presión aislados, y basen su operar en los principios pluralistas que promueven sus plataformas democráticas, para de esta forma puedan ser al fin, verdaderos centros de poder. El desmoronamiento social, moral y ético de la población se ven como cosa común, en un estado en que el soborno y la corrupción son algo tan normal, como la escasez y la falta de derechos. Ese es el primer frente de batalla, la reconquista de algo que desconocen las nuevas generaciones nacidas dentro de la era revolucionaria, pero que aún vive en el interior de todos los cubanos. No podemos esperar  que el motor impulsor de las transformaciones nos sea importado, esos cambios que todos proclaman como necesarios, es preciso que se inicien a nivel celular y de manera minuciosa en cada persona. Cuba es un país pobre del tercer mundo, con una infraestructura inoperante y unos medios de producción casi medievales, por lo que no se puede aspirar saltar al desarrollo en el primer paso de su etapa post-transición, tenemos que prepararnos para años de penurias y malos tiempos, pero la mejoría solo se lograra pasando por ellos y por transformaciones verdaderamente profundas para que la economía interna logre salir de la profunda crisis en que se encuentra hace ya varias décadas. Para eso también hay que preparar a la sociedad civil, no pintarles un cuadro surrealista que los colme de falsas esperanzas, para que al chocar con un contexto diferente que lo único que lograra será generar incredulidad  al ver que lo prometido no es la realidad.
Especial interés para lograr una mejor sociedad civil tiene el que los ciudadanos se preparen, aunque lo hagan de manera independiente, como lo hacen ya algunos grupos de profesionales, periodistas y otros que aportan sus vivencias y conocimientos en diferentes campos del saber, buscando que una vez ocurran cambios dentro de la isla, las personas estén preparadas para asumir un nuevo papel en una sociedad donde existan las libertades esenciales. Algo completamente contradictorio hacen los organismos del estado que limitan la capacidad de investigación de sus cuadros a estrechos perfiles y campos de interés de prioridad política y no social, dando opciones de becas en las universidades del extranjero no a los más capacitados sino a los más confiables. La limitación del uso de Internet a un selecto grupo de personas muy cercanas al gobierno, es una de las medidas más costosas para los profesionales y la sociedad civil, que se aplica en el apartheid informativo cubano, ya que evitando el acceso al ciudadano común se evita que la sociedad civil adquiera conocimientos y gane en información alternativa y a la vez que se conozca lo que sucede en el interior de la isla. Aun así un nutrido grupo de ciberdisidentes navega a diario por la red de redes, e inundan de información actualizada  sobre la realidad cubana, cientos de blogs que abordan esta temática. Pero a pesar de los esfuerzos de los que burlan la cesura gubernamental, el gobierno hace caso omiso a sus quejas y reclamos y a la vez fortalece los grupos de búsqueda informática, para intentar rastrear las conexiones piratas que a precios en divisa y utilizando códigos de empresas aún se realizan desde los hogares cubanos. También aumentan las presiones sobre los que utilizando sus nombres en los blog, logran actualizarlos y mantener informados al mundo sobre cuba, gracias al acceso de que se les permite en algunas sedes diplomáticas, dada la negativa del gobierno a que los cubanos accedan desde los cibercafé reservados únicamente para los extranjeros, estas medidas pueden ir desde la presión, la vigilancia, hasta la cárcel.
La inoperancia de las estructuras de gobierno ha sido demostrada en más de una ocasión, también aquí ha manifestado la sociedad civil que e prepara para adoptar su papel protagónico en el destino de su país. El surgimiento de estructuras políticas, de servicios, económicas entre otras, todas ellas paralelas a las oficiales, muestra en este paralelismo la práctica para cuando se tenga que asumir este papel en una situación real. Los proyectos de Bibliotecas Independientes, Farmacias, Consultorios Médicos, Asociaciones de profesionales de todo tipo, partidos políticos y otras ONG que apoyan directamente la lucha por la transición a un estado de derecho, muestran claramente la entrada de la sociedad civil a una nueva etapa en su desarrollo pleno, una etapa de comprometimiento cívico, en que prevalecen los intereses comunes sobre el de los pequeños grupos y las personas particulares.
Hace unos años que se ve la lucha de una economía destruida y propensa a las perdidas constantes y a las crisis existenciales, que se manifiesta en este caso particular de manera congénita, marcada por la inflación y las multimillonarias deudas, que no puede , como quieren hacer creer los ideólogos del marxismo tropical, enfrentarse al proceso de globalización económica. Mucho menos cuando se prohíben las iniciativas privadas y la pequeña empresa, principal gestora de toda economía que se pretenda realizar y desarrollar. Ya la sociedad civil adopto su propio plan de medidas para superar la crisis interna; fortaleciendo el mercado negro, ahora llamado y semi legalizado como mercado alternativo, mucho más eficiente y productivo que los inmensos colosos empresariales estatales, que reporta más perdidas que ganancias. También en la esfera de los servicios a crecido toda una enredada maraña de pequeños negocios que van desde restaurantes familiares a pequeños hotelitos domésticos que ofrecen una abierta competencia, vale aclarar que muchas de las iniciativas legalizadas en los 90 del siglo pasado por la crisis llamada periodo especial, producida por l derrumbe de la URRS, ahora operan de dentro de la ilegalidad, teniendo que dejar sus patentes por las altas restricciones y los constantes controles estatales. Otro papel importante que le toca vivir y suplantar a los medios alternativos de la sociedad civil, es llevar un control histórico de los hechos que acontecen a nivel de barrio, que a la larga son los que forman la historia de la nación, dada la poca fiabilidad de los informes estatales sobre diferentes temas. En la experiencia de economistas independientes como el licenciado Oscar Espinosa Chepe, han venido viendo lo difícil que es obtener un resumen estadístico a partir de los informes oficiales. La tergiversación de varios elementos y la inflación de los números y resultados de los planes quinquenales y anuales, traen como consecuencia una falseada realidad económica, que ha devenido en un circulo vicioso de informes y resúmenes, que para aparentar lo bien que esta todo, cada vez se aleja más de la cruda realidad.
Un fenómeno que nos aqueja en la actualidad es la desigualdad social y la clara estratificación de clases que marca la etapa post derrumbe del campo socialista y la ausencia desde 1989 de los subsidios soviéticos y la ayuda del CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica). Estos factores, incorporándose el aislamiento que se auto impone el gobierno cubano, ha traído un crecimiento notable de las capas pobres y de escasos recursos dentro de las comunidades ( obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, etc., marcando aún más las diferencias sociales en cuanto a nivel de vida, respecto a la nueva clase media cubana, formada por aquellos que reciben ayuda desde el exterior, artesanos, trabajadores de firmas extranjeras y corporaciones que ganan un por ciento en divisas, además de los ya mencionados trabajadores por cuenta propia. Pero esta clase siquiera puede acercarse a los privilegios que gozan los miembros de una tercera que ha devenido en la nueva burguesía cubana, los dirigentes de las altas esferas, que alejados de la realidad viajan en cómodos autos con aire acondicionado y están ajenos a la realidad que viven los cubanos de a pie, privilegios que gozan siempre que no crucen la estrecha raya de los cánones impuestos, la fidelidad incondicional y la fe ciega en su dirección.
Ningún país en que el gobierno pretenda tomar un control paternalista y en extremo controlador, inmiscuyéndose en cada asunto de la población puede ser un país prospero. Cada poder; el legislativo, administrativo y político, deben ocuparse de los asuntos que le competen y no pretender ser omnipresente. Un país sin importar su régimen político que separe la economía del férreo control estatal, verá como los indicadores aumenta considerablemente, reduciéndose la inflación y saneando sus estructuras internas, esto lo demostró Deng Xiaping en la década de 1970 cuando comenzó la reforma económica china. En estos momentos hay que revitalizar a agricultura, sector clave para el desarrollo del país, y muy desatendido por el estado, la ayuda y organización del campesinado cubano son pasos que ya se están dando con la creación de agrupaciones de campesinos independientes que luchen por los derechos de estos grupos, el apoyo a estos y a las nuevas iniciativas es un paso de avance en esta lucha. El campesino necesita al igual que el resto de la sociedad civil expresar sus dudas  que alguien le de respuestas, dolorosamente el gobierno se atrinchera y aísla del resto de la sociedad, no quiere escuchar la voz que le habla de cambios, todo pedido de libertad de expresión, se traduce de manera automática como un pedido político.
Existen aún muchos factores que el gobierno utiliza como sutiles espejismos para hacer creer al mundo que todo esta bien; misiones médicas, ayuda a países de tercer mundo más necesitados, kilométricas marchas de reafirmación revolucionarias que asfixian al pueblo esto sale en cámaras de Cuba visión Internacional y Tele Sur. Pero no muestran el hacinamiento en las cárceles, el bajo fondo habitacional, la discriminación en los hoteles a la hora de utilizar Internet cuyo uso es exclusivo para extranjeros, las largas colas en la Sección de Intereses de Estados Unidos para abandonar el país, tampoco aparecen las brigadas de respuesta rápida arrastrando a mujeres indefensas y a opositores pacíficos. Lo que si no falta es la adoctrinante Mesa Redonda diariamente a las 6:30 de la tarde, aparecen los logros de la operación milagro, pero ocultan la falta de higiene de nuestros hospitales, n fin se oculta tras n velo de hipocresía y falsedad a vida real, las escenas de una sociedad civil que apenas es como un bebé que abre los ojos al mundo y esta aprendiendo a gatear, pero que ya necesita saber correr y sobre todo poder hablar.

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