miércoles, 2 de febrero de 2011

La hipocresía de engañar a los tuyos.


Por: Tania Mirabal Madera.


Últimamente varios espacios de la televisión cubana, como Pasaje a lo Desconocido y otros tantos, se han hecho eco de todo el trabajo que se encuentra realizando Mariela Castro, en base a que los homosexuales cubanos disfruten de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos, echando abajo todas las ideas y tabúes arraigados durante tanto tiempo en la idiosincrasia del cubano. En más de una ocasión se ha  abordado el tema de los homosexuales, transexuales en fin todo tipo de asuntos  de género. Lo que no se ha dicho en ningún momento es la posición adoptada por Cuba ante el hecho de la votación a favor de que en Irán, país amigo de Cuba, se haya procedido al ahorcamiento de jóvenes entre 15 y 20 años, por el único hecho de ser homosexuales. Una imagen de estos niños colgando en una plaza pública, frente a una inmensa multitud enardecida, nos hacía recordar una imagen del medioevo. Estos actos barbáricos en contra de las personas que se deciden por una preferencia sexual diferente, no deben ser apoyados por ningún gobierno, menos aún por uno que dice abiertamente proteger los derechos de sus ciudadanos ante estos hechos arbitrarios.
Varias organizaciones independientes se han manifestado en contra de la hipocresía gubernamental, de las falsas imágenes que se pretende vender al mundo y a nuestro pueblo. Se necesita más que un programa de televisión, o unas frases permisivas para lograr la igualdad entre todos los ciudadanos de un país. Para que decimos que todos somos iguales, que no se diferencia entre uno y otro y cuando un policía detiene a un homosexual en la calle, lo trata como a un bicho raro. Siempre se ha vinculado a este sector con la promiscuidad, la rebeldía o la excentricidad, no podemos generalizar, sin dudas existen heterosexuales rebeldes, promiscuos y excéntricos, a estos ni nadie lo mira con mala cara. No hay razón para que un ser humano tenga la necesidad de esconderse por su preferencia sexual, ocultarse en la sombra como si estuviera cometiendo un delito, esas son herencias que hay que ir dejando atrás, los tiempos avanzan y hay que avanzar a la par de ellos. Es indignante que los dirigentes gubernamentales hagan programas, tracen planes y proyecciones futuras, que se hable de la facilidad que tienen los cubanos para realizar operaciones complicadas como la de cambio de sexo, y sin embargo interiormente los mismos dirigentes que deben hacer cumplir estas medidas, la policía que debe velar por la tranquilidad ciudadana, los mismos ciudadanos de las comunidades, sientan aún repulsión y marquen su distancia hacia estos grupos de la sociedad.
Es necesario empezar a romper un poco con la hipocresía en que se vive en el interior de nuestro país, hay que empezar ahora a realizar los cambios que sean necesarios, para que este sector marginado de la sociedad civil cubana, se pueda integrar plenamente a dicha sociedad. Y pueda estar seguro de que ese gobierno que dice protegerlos y estar completamente a su favor, haga valer esta convicción donde quiera que este, defendiendo los principios que promueve y que por favoritismo hacia otro estado, por muy amigo que sea, no haga lo contrario a lo que predica. Porque no hay nada más doloroso que el engaño y la hipocresía, de decir una cosa, mientras se piensa y se hace otra.

Tania Mirabal Madera.
Maquillista.
Pinar del Río.

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