miércoles, 25 de enero de 2012

Bajo el amparo del cartel.


Es una tendencia propia de los gobiernos de corte totalitario el uso excesivo de la propaganda ideológica. Se llenan de carteles y pancartas vacías y sin sentido, calles, centros de trabajo y cuanto espacio se preste para embadurnarlo de pintura, con letras que tienen un mensaje un poco fuera de sentido según el contexto y el tiempo en que se vive actualmente. Ya no se cree como se creía antes con los ojos cerrados en todo lo que se dice por los medios propagandísticos del gobierno, ya que muchas veces estos letreros sin sentido lo único que logran es una burlona y una frase que quizás aún no se tiene el valor de decir en voz alta, pero que un día muy pronto se gritará a toda voz.
El trabajo ideológico de las estructuras especializadas del gobierno, y que rigen el contenido de la propaganda dirigida al pueblo, se enfrenta sin dudas a una profunda crisis existencial, porque debe ser muy difícil encontrar las palabras que no hieran la sensibilidad de aquellos a las que van dirigidas. Debe ser engorroso pedir a un ciudadano que ahorre energía cuando se ve el derroche de los dirigentes o a los que esperan horas por un transporte decirles que resistan.

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