miércoles, 25 de enero de 2012

Los mejores alumnos.

Dicen los historiadores que José Stalin, quien sucediera al también célebre Lenin, fue uno de los presidentes que más saliera en fotos estando en vida, además de poseer todas las medallas que existían en la nación y en los países amigos. El culto a la personalidad se volvió una forma de mantener alimentado un ego en extremadamente necesitado de elogios. No importaba si el día antes acababa de mandar a fusilar a un general, al otro día había que elogiarlo como a un dios.
En cierta manera todos los gobiernos de corte totalitario poseen unos cuantos de esos espíritus carentes de dignidad y tan necesitados de que se les alabe por aquellos a los que someten, quizás encuentran en esa práctica una manera mezquina de sentirse poderosos y realizados, carentes sin dudas de otras muchas cualidades.
Si alguna vez dispones de tiempo para visitar una biblioteca te exhorto a que pidas los periódicos de varios años y cuentes cuantas veces aparece el nombre del líder de la revolución y sus secuaces, sus fotos, la recordación de sus incontables hazañas. Recordemos solamente que cada año se cierran calles y se dispone de una celebración nacional por el aniversario del nacimiento del líder, como si fuera necesario recordarlo permanentemente.
Las costumbres suelen heredarse de los maestros, sobre todo cuando las almas son semejantes y los alumnos se aplican en cumplir con sus deberes, lo que sí es seguro es que de todos estos de aquí son y serán los mejores alumnos.

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